domingo, 20 de abril de 2014

Autoritat vs Convèncer

La valla que se pintó sola. 



Una radiante mañana de verano, la tía de Tom le ordenó pintar la larga valla que rodeaba la casa familiar. Era un día perfecto para pasarlo bañándose en el río, como seguramente iban a hacer los demás muchachos del pueblo, pero su tía estaba cruelmente convencida de que la diversión podía esperar. 

Refunfuñando, Tom se puso a la tarea brocha en mano. En aquel instante, su amigo Ben, el más guasón del grupo, apareció por allí comiendo una manzana:

- ¡Hola amigo! Te hacen trabajar, ¿eh? - Le dijo Ben con su típica sorna. 

A Tom le reventaba estar allí aguantando las bromas de su amigo; además, se le hacía la boca agua pensando en la manzana; pero no cejó en su trabajo. Al cabo de unos segundos, le dijo a su amigo:

-¡Ah!, ¿eres tú, Ben? No te había visto. 
-Oye, me voy a nadar. ¿No te gustaría venir? Pero, claro, te gusta más trabajar...

Tom se quedó mirándole un instante y dijo:

-¿A qué llamas tú trabajo?
-¡Qué! ¿No es eso trabajo? - replicó Ben. 

Tom siguió pintando y le contestó, distraídamente:
-Bueno; puede que lo sea y puede que no. Lo único que sé es que me encanta. 

-¡Vamos! ¿Me vas a hacer creer que te gusta?
-No sé por qué no va a gustarme. ¿Es que le dejan a un chico pintar una cerca todos los días?

Aquello puso el asunto bajo una nueva luz. Ben dejó de mordisquear la manzana. Tom movió la brocha, graciosamente, atrás y adelante; se retiró dos pasos para ver el efecto; añadió una mano allí y otra allá; juzgó de nuevo el resultado. Y mientras tanto, Ben no perdía de vista un solo movimiento, cada vez más y más interesado. Al fin dijo:

-Anda Tom: déjame pintar un poco. 
Tom alargó la brocha..., estaba a punto de acceder, pero cambió de idea:
-No, No; eso no podría ser, Ben. Ya ves..., mi tía Polly es muy exigente. No sabes tú lo que le preocupa esta valla; hay que hacerlo con muchísimo cuidado; puede ser que no haya un chico entre mil, ni aun entre dos mil que pueda pintarla bien. 

-¡Qué dices!... ¿Lo dices de veras? Venga, déjame que pruebe un poco; sólo un poquito. Si fuera yo, te dejaría, Tom. 

-De verdad que quisiera dejarte, Ben; pero la tía Polly... Mira: Jim también quiso, y ella no le dejó. Sid también quiso y tampoco. ¿Ves por qué no puedo dejarte?

-Anda..., lo haré con cuidado. Déjame probar. Mira, te doy la mitad de la manzana. 

-No puede ser. No, Ben, no me lo pidas...

-¡Te la doy toda!

Tom le pasó la  brocha, con cara de desgana. Y mientras Ben sudaba al sol, se sentó sobre un viejo tonel, a la sombra, balanceando las piernas, se comió la manzana y planeó la ampliación de su nuevo negocio. No escasearon los inocentes: a cada momento aparecían muchachos; venían a burlarse, pero se quedaban a pintar. Para cuando Ben ya estaba exhausto, Tom había vendido el siguiente turno a Billy Fisher por una cometa en buen estado; cuando éste quedó reventado, Johnny Miller compró el derecho por una rata muerta, con un palo para hacerla girar; así siguió hasta la tarde. 

Tom, que por la mañana estaba en la miseria, ahora nadaba en riquezas. Tenía, además de lo mencionado, doce tabas, un cornetín, una llave que ya no abría nada, una tiza, un tapón de cristal, un soldado de plomo, un par de renacuajos, seis petardos y el mango de un cuchillo. 

Además, había pasado un día delicioso sin hacer nada, con grata compañía, y la cerca tenía ¡tres manos de pintura! De no haberse agotado las existencias de pintura, habría dejado en la quiebra a todos los chicos de la zona. 

The aventures of Tom Sawyer, Simon & Brown. 



Amb aquesta petita historia us vull parlar de la importància de donar valor a cada petita tasca que fem, tot depen del nostre pensament. Hi ha tasques que poden semblar avorrides però només seran avorrides o pesades si nosaltres ho permetem. Si les afrontem amb una altre mentalitzat i els hi donem la importància que tenen, es poden fer més lleugeres o inclús divertides! 

Un altre dia us parlaré de la importància de pensar bé per sentir-se millor. ( Petites coses que vaig aprenent amb el llibre EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA, Rafael Santandreu)

Però avui vull focalitzar la meva reflexió cap a la importància de la persuasió i el saber convèncer. Llegint aquesta història em va venir al cap totes les estratègies que hem de tenir els mestres o persones que estan en contacte amb els nens per fer les tasques llamineres i interessants. 

Us parlo concretament en un context d'escola, amb els nens. Però de fet és aplicable a tots els aspectes de la vida. Què hagués passat si en Tom hagués obligat al seu amic Ben a pintar la tanca? Doncs que no ho hagués aconseguit simplement. 

És així com es comprova que l'autoritat no és efectiva, és molt més efectiu convèncer i crear la necessitat als altres de fer-ho. 

Ja sabeu que jo treballo d'Aupair a Anglaterra i en el meu dia a dia he d'afrontar molts moments de persuadir i convèncer. Esta comprovat, per exemple si desprès del bany li dic "posat el pijama perquè te l'has de posar i punt", rarament aconseguiré que ho faci a la primera. D'aquí derivarà a que em desesperi, la nena encara es negui més a posar-se el pijama i entri en el paper de "no faig cas a res" i tot junt farà que li donem massa importància al fet de que HA DE posar-se el pijama. 

En canvi, si jo vaig amb una altre mentalitat i m'avanço als esdeveniments, mentre la nena està a la banyera o quan esta sortint l'explico una historia fantàstica sobre el seu fantàstic pijama. I creieu-me, no cal ni que li digui que se l'ha de posar. 

I així en tots els aspectes del dia a dia, l'autoritat avui en dia no funciona. Amb això no vull dir que no sigui important tenir autoritat, el que no s'ha de ser és autoritari. Perquè l'autoritat ens la podem guanyar d'una altre manera que no sigui mitjançant la por o les amenaces, sinó el respecte, el compromís a la paraula i la coherència entre la paraula i les nostres accions.   

En definitiva avui vinc a explicar-vos que la vida funciona millor sent astut o "pillo" com en Tom que intentant imposar, exigint o manant als altres, tan grans com a petits.




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